Año 5, núm. 10. enero-junio 2008. ISSN 1870-1477

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PARA CITAR este artículo:
Uzcátegui, Ramón.  (2008). La educación escolar en perspectiva humanística y pedagógica. Odiseo, revista electrónica de pedagogía, 5, (10). Recuperado el {día, mes y año} de: http://www.odiseo.com.mx/2008/5-10/uzcategui-educacion.html

La educación escolar en perspectiva humanística y pedagógica

Ramón Uzcátegui
Cátedra de Historia de las Ideas Pedagógicas en Venezuela
Escuela de Educación
Universidad Central de Venezuela

Resumen: A continuación se presentan las principales ideas de una investigación en curso vinculada al estudio de las fuerzas institucionalizadoras de la educación escolar en Venezuela, poniendo particular énfasis en la voluntad pedagógica como elemento legitimador de un modelo de escolarización y el pensamiento humanístico como rasgo constitutivo de la organización de la vida social y de sus instituciones fundamentales.

La pedagogía ha reconocido la complejidad de la formación del hombre en todas sus dimensiones. Experimentó un proceso de integración de elementos de otras ciencias, y en su largo desarrollo ha evolucionado mas allá de lo disciplinar. Esto ha sido interpretado como la erosión del sistema conceptual nuclear de la pedagogía y su capacitad explicativa. El intento permanente de síntesis es expresión de la complejidad misma de su objeto de estudio: la educación y de la naturaleza de la enseñanza. Pensar pedagógicamente es identificar las intencionalidades educativas de la sociedad como totalidad e identificar sus repercusiones en la formación del individuo.

Estas miradas se cruzan al analizar la escolaridad en Venezuela partiendo de la idea de que la Pedagogía se interesa fundamentalmente por los actos voluntarios de enseñanza, en el cual se canalizan los procesos de formación de conocimientos, habilidades, destrezas, hábitos sociales y morales en el individuo a partir de su enfrentamiento con los valores y saberes constitutivos del entorno social al cual pertenece, que en el transcurso de sucesivos procesos de autorregulación de la voluntad de enseñar se establece en institución produciendo lo que hoy se conoce como escuela. La escuela complementa la educación familiar e informal, y por razones pedagógicas posee la organización y los recursos humanos pertinentes para llevar a cabo la acción educativa sistemáticamente.

Estudiar la institucionalidad educativa Venezolana en perspectiva humanística, es identificar en las huellas heredadas del pasado las primeras expresiones de escolarización y su posterior forma de organización en institución social, siendo este proceso la escolarización de la sociedad como opción civilizatoria de occidente. El humanismo como ideología, va a inspirar los más variados discursos sobre el desarrollo del hombre; y como fuerza social tiene una gran carga organizadora, el hombre no es solamente hombre por que se educa sino porque ese saber contribuye a organizar y a crear instituciones que ordenen su vida social para garantizar su existencia. La pedagogía se va a interesar en formar lo humano en el ser humano, y de organizar en la escuela lo necesario para el cumplimiento de ese fin.

Palabras clave: pedagogía, humanismo, escolaridad

Recibido:  noviembre de 2007; aceptado para su publicación: julio de 2008

Planteamiento Inicial

Lo que se presenta a continuación, representa un conjunto de constataciones teorías sobre la Pedagogía. En ella se describen los ámbitos a los cuales se circunscribe esta disciplina compleja en el marco del estudio del proceso educativo, poniendo énfasis en su principal punto de interés: la enseñanza, considerado desde nuestra perspectiva objeto de estudio y reflexión de la pedagogía. Para hacer tal precisión recurriremos a una descripción general de las distintas definiciones y expresiones de la educación y la escuela, espacios socioculturales donde cobra forma la enseñanza.

Asistimos a la idea de que la Pedagogía es una forma de saber y mirar las relaciones que se establecen entre los hombre con motivo de la enseñanza. Por tal razón acuñamos la idea de voluntad de enseñanza como punto de origen del análisis pedagógico, pues, desde esta noción comprendemos los procesos de institucionalización, cambio y reforma escolar. La voluntad de enseñar se vincula a una cualidad antropológica del ser humano de comunicar y hacer participes de los bienes culturales a los de su especie, como parte de un intento permanente de humanización del individuo, que en el marco de la cultura pedagógica de la sociedad occidental se canaliza por la vía de la escuela.

La pedagogía en su desarrollo disciplinar, se vincula mas a lo que concebimos como mirada pedagógica de la realidad, que es esencia, es interpretar los sentidos de la enseñanza, y desde un punto de vista social amplio, entender que la vida como totalidad tiene un sentido educativo.

La Pedagogía, ciencia pluridisciplinaria, de síntesis y compleja

La pedagogía en su desarrollo disciplinar, se vincula mas a lo que concebimos como mirada pedagógica de la realidad, que es esencia, es interpretar los sentidos de la enseñanza, y desde un punto de vista social amplio, entender que la vida como totalidad tiene un sentido educativo. Asistimos a la idea de que la Pedagogía es una forma de saber y mirar las relaciones que se establecen entre los hombre con motivo de la enseñanza. Por tal razón acuñamos la idea de voluntad de enseñanza como punto de origen del análisis pedagógico, pues, desde esta noción comprendemos los procesos de institucionalización, cambio y reforma escolar. La voluntad de enseñar se vincula a una cualidad antropológica del ser humano de comunicar y hacer participes de los bienes culturales a los de su especie, como parte de un intento permanente de humanización del individuo, que en el marco de la cultura pedagógica de la sociedad occidental se canaliza por la vía de la escuela.

Característica pluridisciplinaria de la ciencia pedagógica

La educación es un fenómeno complejo que no resiste visiones únicas de análisis. Como proceso social esta imbricado por un conjunto de factores que condicionan la vida del sujeto actuante y pensante de un medio social determinado en un momento histórico determinado. Cada sociedad ha generado sus propios mecanismos educativos, es parte de su constitución cultural la traslación de sus bienes sociales y simbólicos a las nuevas generaciones. Cuando esta práctica social se hizo consiente, es decir, tomo forma en la razón humana, la educación cobro un significado explicito en las prácticas social. Este primer acto de reflexión sobre el hecho educativo tiene sus raíces en la filosofía, específicamente, en el pensamiento helénico del siglo V a. C. La educación, dentro de este pensamiento se convirtió en una estrategia social necesaria en la formación del ciudadano guerrero.

Esta reflexión se profundizó con el desarrollo del tiempo, cada sucesión histórica, cada sociedad histórica definió un modo particular de entender y pensar el proceso educativo. Sólo hasta avanzado el siglo XVII es cuando el pensamiento educativo comienza a cobrar fisonomía propia bajo una ciencia autónoma. Algunos atribuyen este hecho a Comenio y su Didáctica Magna, que sentó las bases para el estudio y organización de las intencionalidades educativas.

Pero por una paradoja extremadamente instructiva, desde el punto de vista de la Historia de las Ciencias, es justamente este metafísico que soñaba con un conocimiento integral, quien al escribir una Gran Didáctica y sus tratados especiales contribuyó a crear una ciencia de la Educación y una Teoría de la Didáctica, consideradas como disciplinas autónomas. Se puede decir que, ante todo, allí está la principal razón de su gloria sin desestimar sus iniciativas en el plano social e internacional[1].

Así, lo esencial de la ciencia de la educación y la didáctica, como se llamará más tarde Pedagogía será la enseñanza. El pensamiento sobre educación encontró en la modernidad los elementos que darían forma a la pedagogía como ciencia. Este proceso de conformación disciplinar estuvo nutrida por los más diversos planteamientos entre ello Roussea, Kant, Pestalozzi, Herbart, entre muchos otros que contribuyeron a la definición del objeto de estudio de esta nueva ciencia. Es John Herbart el organizador de una disciplinar que unificará los criterios para la organización interpretación del acto educativo.

Con este filosofó se va nacer la Pedagogía, estableció un sistema unificado de ideas que diera sentido al proceso educativo. Este pensamiento se denomino Pedagogía, y tiene su base en la filosofía práctica (Ética) y en la psicología; la primera muestra el fin de la educación, la segunda el camino, los medios y los obstáculos que se suceden en el proceso de enseñanza. En este sentido la pedagogía tiene su origen disciplinar en la integración de elementos filosóficos y pedagógicos. No nace como una ciencia pura, sino como una síntesis del pensamiento para explicar el proceso de desarrollo del alma. Como decía Paulo Freire “...el pensamiento es el resultado de un proceso de conocimiento, dialéctico e históricamente determinado y es, ante todo, un acto colectivo, que no puede ser atribuido exclusivo a unos cuantos: existe un pensamiento y no un yo pienso”.

En este sentido, puede decirse que la Pedagogía es, por su origen, una ciencia interdisciplinaria, ya que estudia el proceso educativo transfiriendo métodos, categorías o conceptos de una o más disciplinas a otra, estableciendo unidad entre saberes –de allí la influencia de Comenio- buscando la creación de nuevos esquemas de interpretación y comprensión de la realidad.

La pedagogía como disciplina, al igual que el conjunto de disciplinas que constituyen el sistema de conocimiento científico se instituyó en el siglo XIX como expresión de la modernidad de la humanidad. Pero como señala Morín (1999) la historia del conocimiento es la historia misma de la sociedad. Las disciplinas constituyeron formas especificas de organización del conocimiento en un momento determinado. En su forma originaria la Pedagogía experimento un proceso de integración de elementos y aspectos de otras ciencias, en su largo desarrollo como ciencia ha migrado –e inmigrado- mas allá de lo disciplinar, algunos ha interpretado esto como erosión del sistema conceptual nuclear de la pedagogía y su capacitad explicativa. La multiplicidad compleja de lo humano ha supuesto que progresivamente se superen las barreras disciplinares.

Las ciencias humanas se ocupan del hombre, pero éste, no es sólo un ser psíquico y cultural sino también un ser biológico y las ciencias humanas tienen que tener arraigo, de alguna manera, en las ciencias biológicas, que deben tener arraigo en las ciencias físicas, porque ninguna de estas ciencias es, evidentemente, reducible una a la otra. Sin embargo, las ciencias físicas no constituyen el zócalo último y primitivo sobre el cual se edifican todas las demás; estas ciencias físicas, por mas fundamentales que sean, también son ciencias humanas con el sentido de que aparecen en la historia humana y en una sociedad humana. (Morín, 1998:125)

La Pedagogía como ciencia de lo humano, en su desarrollo disciplinar ha reconocido la complejidad de la formación del hombre en sus dimensiones culturales, sociales, biológicas, físicas y psicológicas. Tal como lo plantea Velásquez (s/f)

No puede precisarse exactamente los limites del fenómeno educativo por la subsidiaridad con diversas ciencias (interdisciplinariedad) sin embargo se puede afirmar que la aproximación desde laca una de ellas es forma particular, excede la posibilidad de abordar la naturaleza del fenómeno educativo. Este necesaria interdisciplinariedad se desprender de la naturaleza de su objeto de estudio: la educación; y el fenómeno se convierte en multifacético pues se diluye en una diversidad de componente derivados; como por ejemplo, el del sujeto que aprende, la formación docente, la relación docente-alumno-conocimiento, la practica docente, las organizaciones educativas, los métodos, técnicas y estrategias de intervención docente, entre otros.

Este intento permanente de síntesis como parte de la configuración del pensamiento pedagógico es expresión de la complejidad misma de su objeto de estudio, la educación, y mas específicamente, como se entiende en este ensayo, de la enseñanza. Tal como lo afirma Molins

La complejidad del proceso educativo requiere para su cabal comprensión y acción el aporte de distintas ciencias (antropología, sociología, economía, psicología, pedagogía, etc.) lo que le confiere a la pedagogía su carácter interdisciplinario. La conjunción de los distintos aportes de otras ciencias y disciplinas permite al pedagogo conocer mejor el proceso de educación. Con las diversas contribuciones el pedagogo hará la síntesis y dar la correspondiente interpretación pedagógica. (Molins, 1995)

Pensar pedagógicamente es identificar las intencionalidades educativas de la sociedad como totalidad e identificar sus repercusiones en la formación del individuo. Ahora bien, la pedagogía puede ser una ciencia compleja. Podríamos afirmar que la complejidad de una ciencia radica en la complejidad de su hecho de estudio, el cual es su proyección y expresión.

La Pedagogía es un saber pluridisciplinario por que su avance como forma de saber sobre educación radica en su continuo proceso de integración de enfoques y miradas epistemológicas, la pedagogía integra elementos de la biología, psicología, sociología, antropología, filosofía, entre otras ciencias auxiliares a ésta, para comprender y dar direccionalidad al proceso de formal de formación del hombre. Incluso, la pedagogía integra nuevos saberes emergentes, como la informática, redefiniendo cualitativamente el carácter bio-psico-espiritual del ser humano y de sus procesos de socialización cultural. La pedagogía es un saber pluridisciplinario porque sobre ella convergen y fluyen una gama de nociones, conceptos y teorías proveniente de diversas disciplinas, generando en ella análisis-síntesis comprensiva del fenómeno educativo-escolar.

La pedagogía como un saber de síntesis, integrador

Cuando hablamos de que la pedagogía es una ciencia pluridisciplinaria resaltamos el carácter complejo de la realidad que intenta estudiar y lo complejo del pensamiento que quiere comprenderlo. Al integrar diversas ópticas sus elaboraciones se hacen complejas, heurísticas. Los productos y reflexiones pedagógicas son síntesis, integración de saberes para das nueva forma, nuevas composiciones que “explique de mejor manera” el proceso educativo. Cuando hablamos de que la pedagogía es síntesis queremos significar que no es producto de la nada, no es generación espontánea, sino que hay un contexto complejo, inconcluso, que la produce y en ese ser producida por él, ésta característica epistemológica incorpora el problema de las nociones, los conceptos, las categorías y la concepción de método de forma contextualizada, aplicadas a la compresión de lo educativo-formal y sus múltiples dimensiones y expresiones. Retomando las palabras de Freire “...el pensamiento es el resultado de un proceso de conocimiento, dialéctico e históricamente determinado y es, ante todo, un acto colectivo, que no puede ser atribuido exclusivo a unos cuantos: existe un pensamiento y no un yo pienso”. Tal como señala Velásquez

La pedagogía ofrece un panorama peculiar. No puede precisar exactamente los limites del fenómeno educativo por la subsidiaridad con diversas ciencias (interdisciplinariedad) sin embargo puede afirmarse que la aproximación desde cada una de ellas en forma particular, excede la posibilidad de abordar la naturaleza del fenómeno educativo. Esta necesaria interdisciplinariedad se desprende de la naturaleza de su objeto de estudio; la educación; y el fenómeno se convierte en multifacético pues se diluye en una diversidad de componente derivados, por ejemplo, el sujeto de aprendizaje, la formación docente, las relaciones docente-alumno-conocimiento, la practica docente, las organizaciones educativas, los métodos, técnicas y estrategias de intervención docente, entre otros.

La síntesis de la pedagogía se expresa en las relaciones que se establecen en los actos voluntarios de enseñanza, sus orientaciones normativas y sus reflexiones sobre la practica de enseñanza.

La pedagogía como ciencia compleja

Al carácter pluridisciplinario y de síntesis de la pedagogía, hace que esta forma de saber sea compleja. Acá complejidad se asocia a una facultad de la razón que exigen la identificación de las múltiplerelaciones e interretroacciones en los procesos y objetos de conocimiento.

A primera vista la complejidad es un tejido (complexux: lo que está tejido en conjunto) de constituyentes heterogéneos inseparablemente asociados: presenta la paradoja de lo uno y lo múltiple. Al mirar con atención, la complejidad es, efectivamente, el tejido de eventos, acciones, interacciones, retroacciones, determinaciones, azares, que constituyen nuestro mundo fenoménico. (1997, p. 32)

Así, lo pedagógico como complejidad, como tejido, como trama, es unidad en la diversidad, síntesis de múltiples determinantes, lo pedagógico es una concreción, es concreto en tanto expresión de la diversidad de lo fenoménico. El Pensamiento Pedagógico es esencialmente Diversidad. Diversidad que es producto del movimiento de lo real generado a su vez por las múltiples contradicciones que de él emergen, se constituyen y superan.

El pensamiento complejo, es entonces un pensamiento al mismo tiempo critico y creativo, que tiene en cuenta la dimensión cognitiva y la afectiva de nuestros procesos, permitiendo al ser humano una visión global e integradora de su inteligencia. (Fontalvo, 1998)

El pensamiento complejo busca establecer las múltiples relaciones que se establecen en la compresión de los objetos de estudio. Desde esta perspectiva, el hombre, y su educación es una unidad – acción compleja confluida por el ser, pensar y el sentir. Para comprender la condición humana,

La antropología ha de desarrollarse como antroposcomología y como antropobiología, es decir, ha de ligar la dimensión natural que es al mismo tiempo física, biología con la cultural que es al mismo tiempo pasado y presente, con lo social que es al mismo tiempo individuo, especie y colectividad. (Fontalvo, 1998)

Esta concepción de lo humano redefine el sentido de la educación.

La educación se entiende mas como un proceso de creación de relaciones posibles, superando el concepto de escolarización, entendido como proceso de repetición de relaciones reestablecidas (...) la educación radica en su potencial auto-eco-organizadora de las relaciones que se puedan establecer a través de nuevas y emergentes relaciones reorganizadas. (Fontalvo, 1998)

Siendo ésta la definición del objeto de estudio educación, se redefinen sus categorías de análisis. La ciencia en palabra de Morín (1982) debe superar, o mejor, debe incorporar en su racionalidad lo irracional, es decir, debe orientarse por los principios de orden, desorden y complejidad. No existe el orden absoluto, el conocimiento se relativiza y los preceptos de la incertidumbre se superponen sobre la “verdad”. La verdad –avanzando en este aspecto con respecto a Popper- es certeza momentánea. Un nuevo espíritu científico (Morín, 1999) que rompe con el viejo dogma reduccionista de explicación por lo elemental: considera sistemas complejos en los que las partes y el todo se producen conjuntamente y se organizan mutuamente. En este sentido, la pedagogía, es pedagogía de la incertidumbre, la cual busca comprender las distintas expresiones del desarrollo de lo humano en el individuo, complejizando sus relaciones y simplificando sus elaboraciones, en cuya síntesis sea posible la observación, reflexión y comprensión de la voluntad de los actos humanos en su proceso de humanización.

Los actos voluntarios de enseñanza, objeto de la Pedagogía

De ser ciertas las constataciones teóricas hechas, la Pedagogía como forma de conciencia social sobre la educación, se interesa fundamentalmente por los actos voluntarios de enseñanza. Hasta donde la palabra escrita lo registra, se relaciona con la forma en que la sociedad y el Estado deben formar al ciudadano (Bravo, 2002). La Pedagogía como forma de conciencia social sobre la educación, se interesa fundamentalmente por los actos voluntarios de enseñanza. Intenta interpretar las distintas formas de conducción de la enseñanza, esto es, la educación convertida en praxis, una actividad consiente dirigida a un fin formulado con anterioridad (Molins, 1995). En este sentido, la enseñanza, es a diferencia de la educación, una expresión práctica del proceso educativo general, en el cual se intenta canalizar los procesos de formación de conocimientos, habilidades, destrezas, hábitos sociales y morales en el individuo a partir de su enfrentamiento con los valores y saberes constitutivos del entorno social al cual pertenece, que en el transcurso de sucesivos procesos de autorregulación de la voluntad de enseñar se establece en institucional, dando lo que hoy entendemos por escuela. Cuando el problema de cómo educar se convirtió en una pregunta esencial del ser humano se desarrollo la pedagogía.

La voluntad de enseñar es energía primaria para el despliegue histórico de la aparición social de la escuela. Pues si queremos desentrañar el factor estructurador de la escuela, tenemos que comprender la dinámica entre educación, escuela, enseñanza y actores educativos. En educación expresamos dos voluntades el esfuerzo de quien aspira a adquirir conocimiento (educabilidad) y el esfuerzo de quien imparte conocimiento (educatividad). Es tan evidente, en efecto, la necesidad de enseñar y aprender para la existencia continua de una sociedad que puede parecer que estamos insistiendo en un lugar común (Dewey, 1995), pero el hecho de que cualquier sea capaz de enseñar algo no quiere decir que cualquiera sea capaz de enseñar cualquier cosa (Savater, 1997). Por ello surge la escuela, ambiente especial para enseñar cada individuo, cada unidad de portadores de la experiencia vital del grupo (Dewey, 1995:14). Enseñar es una cualidad esencialmente humana en la cual intentamos vincularnos intersubjetivamente con otras conciencias, porque el verdadero acto de enseñanza esta en mostrar a nuestro semejantes los aparatos simbólicos para la reconstrucción permanente de significados (Savater, 1997).

En este sentido, la voluntad de enseñar se conecta con el sentido antropológico de la motivación pedagógica ...se refiere al propio proceso que relaciona, de una forma prevista o imprevista, a dos o más seres humanos y los pone en comunicación, en situaciones de intercambio y de modificaciones recíprocas. (Mialares, 1977:13). Aunque educador es toda aquella persona que por obligación profesional, moral o social tiene la responsabilidad de educar (Sarramona, 2000:83), no serán los mismo por actuación y conocimiento el profesorado, la madre o el padre de familia. La voluntad de educar tendrá grados diferenciados conforma la especialización social y técnica de dirigir la acción educativa. Pues qué diferencia al educador profesional de otro que no lo es, muy seguramente, el conocimiento científico y técnico -además de la retribución monetaria- que implica la conducción de la formación del individuo. El acto antropológico voluntario de educar se profesionaliza en la medida en que la actividad de educativa es una responsabilidad socialmente compartida.

La voluntad de enseñar se articula a una voluntad política de hacer del “saber” algo común a una colectividad humana. Si nos remontáramos a la antigua paideida griega, podremos encontrar en el pensamiento helenístico rasgos en los cuales la configuración del ideal educativo estaba articulado a un proyecto político de reafirmación de los valores de la griegitud. Plantón es muestra de ello, La República, su mejor ejemplo. La educación es oportunidad de reproducción y cambio social. En este sentido el proceso educativo configura desde la formación del individuo la construcción de determinado tipo de sociedad.

La expansión de los beneficios sociales permiten la disciplinación de la vida social, esta es una idea que configuro el proyecto educativo de la modernidad, una consecuencia histórica de interpretar que el hecho de dar direccionalidad a la acción educativa es posibilidad de cohesión social, y si no volvamos al caso de los griegos. Cuando la acción educativa es asumida como responsabilidad de Estado se destaca el papel de la educación en la configuración de la conciencia política del individuo. El proceso de socialización es en parte eso, incorporación de las nuevas generaciones a los sistemas de representación simbólico-social de la generación adulta. La relación educación y política configuran cohesión social. Tal como lo señala Sarramona (2000:61) la presencia y obligatoriedad de la escuela encuentra justificación en razones políticas: para hacer factible la democracia social; en razones sociales: la escuela complementa la educación familiar e informal; y por razones estrictamente pedagógicas: posee la organización y los recursos humanos pertinentes para llevar a cabo la acción educativa de manera sistemática. En este sentido, la enseñanza como objeto de saber pedagógico involucra un conjunto complejo de elementos; es una práctica especifica que se realiza en un lugar particular, con unos estatutos, unas reglas que la rigen, en un espacio y en un tiempo determinado en que se exponen ciertos conocimientos, ciertos saberes y con unos fines sociales específicos definidos por el poder. (Martínez, 1990)

La voluntad de enseñar se tiñe de contenido en momentos históricos y contextos sociales determinados. La voluntad de enseñar puede ser por interés político, económico, etc. Aunque en la enseñanza que es contacto humano- esta presente todos estos valores sociales, cobrar particular interés en los hombres. Desde el punto de vista político, múltiples pueden ser las voluntades, una puede ser la refundación de las sociedades, la reforma de la sociedad, la incorporación de nuevos aspectos a la fisonomía social. aunque la educación y la instrucción puede resultar una diferenciación obsoleta –pues nadie se educa si instruir, ni viceversa- el acto de enseñanza responde a motivaciones sociales para su mismo sostenimiento y para el desarrollo del individuo. Esta dialéctica ha generado las mas áridas polémicas en torno a los alcances de la Pedagogía y a su vigencia como campo disciplinar de la enseñanza. Es por esta razón que si la pedagogía es una ciencia, es la ciencia de la educación formal, o por lo menos de la educación formalizada. Pero no es una ciencia aislada y pura, ninguna ciencia en el estado actual de la evolución del espíritu del hombre lo es, seria necio sostener este planteamiento. La Critica de la razón pura, es en las condiciones actuales del desarrollo de la ciencia una actuación epistemológica improcedente para comprender la naturaleza de las ciencias humanas, y específicamente, las vinculadas a la educación (Palop, 1983). La pedagogía se nutre de los mas diversos ópticas y planteamientos para entender y racionalizar los actos voluntarios de enseñanza de forma holística, heurística y hermenéutica.

Con el desarrollo de la ciencia moderna, la pedagogía ha perdido fuerza, sobre todo durante el siglo XX (Bravo, 2002). Esto se puede ser debido a una lectura exterior del proceso educativo, ya que el análisis hecho desde las ciencias de la educación se ha centrado en el exterior de los procesos de conocimiento de la enseñanza, lo que ha hecho que la pedagogía ha sido reducida a un simple saber instrumental que establece reglas y procedimientos con los cuales el maestro traduce el discurso del conocimiento en contenido de enseñanza (Martínez, 1990). En buena parte del contexto académico cultural anglo-norteamericano el concepto ha tenido un desarrollo mas o menos marginal, y se ha diluido en conceptos que tipifican mejor el hacer y pensar de la educación tales como “Ciencias de la Educación”, “Filosofía de la Educación” cuando refiere a las bases y fundamentos de la enseñanza. Por otro lado hay un desgaste en el desarrollo teórico de la pedagogía por una sucesiva fragmentación del hecho-proceso empírico educación, así vemos el surgimiento, multiplicación y especialización de disciplinas académicas que han hecho de la pedagogía un saber inadecuado, como el es caso del Currículo, Didáctica, Tecnología Educativa, Deontología, etc. Entonces, lo que pudiésemos entender como un saber pedagógico que busca comprender la enseñanza tiene en su desarrollo epistemológico reconocer dos tipos de miradas, una exterior signadas por las reflexiones de la psicología, sociología, historia, filosofía, biología y economía de la educación y una segunda mirada interior con una serie de disciplinas y enfoques que tiene raíz pedagógicas y que intentan comprender y racionalizar determinados procesos de la enseñanza. Todos estos son maneras de distinguir modos de representación de la educación.

Este panorama nos conduce a distintos caminos, uno a diluir el papel de la pedagogía en lo que son las ciencias de la educación (Mialaret, 1977; Durkheim, 1979; Beltrán, 2002), otro a retomar el planteamiento de la pedagogía como ciencia de la educación (Dilthey, 1957; Freeman, 1957; Luzuriaga, 1958; Montaner, 1974; Penteado, 1982) otros a entender la pedagogía como una ciencia pluridisciplinaria, organizadora y sistematizadora del saber sobre educación (Andres-Lacheras, 1975; Téllez, 1984, 1993; Molins, 1995). La pedagogía es la reflexión sobre los actos voluntarios de enseñanza. En el conjunto de ciencias que se ocupan del estudio del proceso educativo, particularmente, aquellos relacionados con los actos de racionalización de las intenciones y comunicación del saber. La pedagogía aborda los procesos inherentes a la enseñanza, el cómo se enseña, cuándo se enseña, dónde se enseña, quién y a quién se enseña, esta preguntas tipifican los rasgos básicos de la reflexión pedagógica.

La educación escolar en el proceso de humanización del individuo

Cuando asumimos la idea de estudiar la institucionalidad educativa en Venezuela en perspectiva humanística, de su proceso de institucionalización, se identifica en las huellas heredadas del pasado las primeras expresiones de escolarización y su posterior forma de organización y estructuración en institución social. Para ello, es necesario hacer un recorrido de los grandes aspectos que han caracterizado el desarrollo de la cultura occidental y el proceso civilizatorio en general durante estos últimos 500 años. El lector quedara prendido del porqué hacer esta gran recorrido de la cultura occidental para entender el desarrollo de la escuela.

Bajo esta premisa, se asume que el proceso de institucionalización de la educación escolar en Venezuela se enmarca en la etapa de la Cultura Occidental que hemos conocido como Modernidad. De este proceso histórico, que significa el desarrollo de la civilización y la expansión cultura occidental, ha tenido expresión el desarrollo de la institución escolar como fuente de la dispensación de los saberes sociales vital. En las distintas revoluciones que se sucedieron en los últimos 500 años y que dieron forma a lo que conocemos como la Era Moderna, cobró forma la escuela como institución social. Sobre ésta es que se afianza nuestro interés de conocimiento, identificar como la escuela se constituye en un mecanismos esencial de civilización, de expansión de la cultura occidental y de consolidación del proyecto de la Modernidad: orden y progreso. Así, se puede señalar como punto de arranque que el proceso de institucionalización de la escuela es, entre otras cosas, el proceso de escolarización de la sociedad como opción civilizatoria de occidente.

La Modernidad –o lo que entendemos de ella- según Barzun es el resultados tres grandes revoluciones cuya presencia sentimos el día de Hoy: la Revolución Religiosa, o mejor, Revolución Espiritual de Occidente, cuyas expresiones fueron los movimientos renacentistas, protestante y humanistas del siglo XIV al siglo XVII; la Revolución Política que significo la aparición de la nuestra formas de organización, participación política y modos de gobierno; y la Revolución Social para la búsqueda de la igualdad económica y social. Estas revoluciones estas íntimamente relacionadas, y se denotan como énfasis de momentos históricos determinados, cuya continuidad y durabilidad es difícil de delimitar.

El paso de la Edad Media a la Modernidad es mas que un cambio de fecha producto de eventos aislados, es el resultad de intrincadas fuerzas sociales que pugnan por un mayor grado de civilitud. Qué designan la aparición de una nueva época, interrogante a la que Barzun responde con nítida claridad: la aparición o desaparición de determinadas encarnaciones de una finalidad dada. De los movimientos telúricos que significo la transición –Reforma Protestante, Renacimiento, Humanismo- de la Edad Media a la Modernidad, la humanidad conoció: Individuo, Estado Nación, ciencia, utopía, y por supuesto la Escuela.

La emancipación del pensamiento y las estructuras políticas de Escolásticas que significó la aparición histórica del individuo, se tiño de contenido humanista, o lo que no es mas que el desarrollo del humanismo[2]. Frente al primitivismo, la opción por el humanismo consolido y ensancho las fronteras de la civilización occidental. El humanista en esencia es un libre pensador, un hombre conocedor de las letras del hombre. Si el humanismo significaba las bellas letras, el acceso a éstas comprometían un estudio profundo de ellas. El acceso a la bella cultura, que no es mas que alta cultura del renacimiento condicionó la aparición de una nueva necesidad social: Había comenzado la necesidad de alfabetismo indispensable. (Barzun, 2001:104) con el humanismo se despierta un interés por la palabra escrita, en todos sus ordenes: político, historia, derecho, religión, etc., un interés por la vedad mediado por la palabra escrita.

Fijar un texto mediante la comparación de fuentes, verificar fechas, sopesar evidencias y credibilidad de testimonios, mientras se analizaban simultáneamente los aspectos del uso, imprimió en el espíritu europeo el efecto del paso del tiempo: empezaron a leerse los documentos de manera critica; y perdieron autoridad las tradiciones orales a menos que pudieran confirmarse. (Barzun, 2001:104)

Es allí donde la instrucción de las masas cobraba importancia. La idea de ilustrar al pueblo comienza a rondar en la nueva filosofía: Una característica de la cultura del ss. XX a tomar en cuenta es que, por primera vez en mil años, sus clases cultas no tiene necesidad de ser al menos bilingüe. (Barzun, 2001:90)

El Humanismo y la Reforma, tal como lo apunta Barzun ...sin ser aliados, convergieron en un punto de dirección al mismo objetivo: Es principio humanista que si deseas conocer la verdad tienes que dirigirte a las fuentes, no a los comentaristas. Es decir, a diferencia del largo medioevo donde las relaciones era Dios – Hombre – Dios, mediadas por la Iglesia, el objetivo, desde el humanismo era establecer un vinculo entre Hombre –Hombre, y la Reforma buscaba acercas la palabra de Dios – Hombre, cuyas relaciones no estarían mediadas por la Iglesia. Esto significara un ensanchamiento en los mecanismos y opciones de acceso a la cultural. La ampliación de los mecanismos del culturización y aculturación es mas posibilidades de humanización del individuo.

Lo que el humanismo pleno si rechazó, en efecto, tanto implícito como explícitamente, fue el ideal aséptico de represión física y mental. Con frecuencia se califica al ascetismos de inhumano, pero es una tendencia tan humana como su opuesto. (Barzun, 2001:114)

También el Humanismo surgió de la preocupación por el pasado, pero no de un pasado primitivo, por el contrario, era un pasado civilizado, cuya recuperación llegó a significar no una religión mas pura sino un mundo mas secular. (Barzun, 2001:89)

La cultura occidental, dominada por la racionalidad Judeo-cristiana desde los tiempos de Constantino, había intentado fraguar las contradicciones entre cristianismo y paganismos, experimenta a partir del siglo XV un proceso de separación. De la mano del humanismo se profundizo el pensamiento y la acción secular. El paganismos –mas humanista- cobra nueva forma secularizante y humanista: el hombre humanista tiene un aura familiar pero en general no describe una filiación definida. (Barzun, 2001:89). Pero, ...los humanistas no eran indiferentes a la religión ni deseaban sustituir el cristianismo por un paganismo. Los que hoy llamamos humanismo quizás eliminen lo divino haciendo del Hombre la medida de todas las cosas... (Barzun, 2001:101).

Así vamos a asistir a una modernidad cuyo rasgo mas notorio es la separación -independencia- de la filosofía cristiana, y en términos mas amplio, de la moral de los demás ordenes de la vida social: política, filosofía, ciencia, arte, literatura, educación, etc. Su fisonomía y razón de ser no tenían que ser necesariamente moral, como ejemplo de ello tenemos a Maquiavelo en el siglo XV con su gran obra “El Príncipe” y las actuales investigaciones sobre ingeniería genética, biogenética y clonación.

Pero la escuela en este proceso cumplió también un importante papel en la difusión de los valores humanos, y de lo que vamos en entender por humanidades en general. El humanismo auspiciado desde la ilustración significaba en términos educativos: 1) ofrecer a todos los individuos los medios para atender a todas sus necesidades; 2) asegurar el bienestar (llamado felicidad por los filósofos y políticos del siglo XVIII ); 3) conocer y ejercer sus derechos y comprender y cumplir sus deberes; 4) capacitar y cualificar al individuo para el desarrollo de sus capacidades naturales y garantizar la igualdad de hecho entre los ciudadanos. Este programa educativo de la ilustración tendría en esencia, tal como lo señala Durkheim, analizando a Kant, Mill, Herbart, Spencer y otros, que la educación “...tendría ante todo por objeto realizar, en cada individuo, pero llevándoles a su más alto grado de perfección posible, los atributos constitutivos de la especie humana en general”, que no es mas que desarrollar la razón.

En un sentido amplio, la escuela en su carga educadora se le ha asignado la responsabilidad de promover el desarrollo del espíritu humano, suministrando los valores de occidente, los aportes culturales de la modernidad, e incluso de la cultura antigua. El humanismo como ideología y como fuerza social tiene gran impacto en la organización de la escuela y de la vida social en general. Como ideología va a inspirar los mas variados discursos en función del desarrollo del hombre, centro de todas las cosas, sobre las cuales el proceso educativo talla, forma hacia su mayor esplendor y realización. La educación humaniza al sujeto, o mejor, lo humano del hombre radica en su educación, esta es una máxima del pensamiento occidental, pero esencialmente del pensamiento ilustrado, va a marcar una notoria influencia en la construcción del proyecto pedagógico de la modernidad: todos los hombres son susceptibles de educación, de ilustración. Como fuerza social, el humanismo tiene una gran carga organizadora, lo humano es la cualidad del ser para organizarse y entender tal organización. El hombre sin organización de la vida social no llega a ser. El hombre no es solamente hombre por que se educa, porque adquiere los valores esenciales de la cultura ancestral, sino porque esencialmente, ese saber contribuye a organizar sus existencia. La organización de la vida social es lo mas humano del hombre, su capacidad de crear instituciones que ordenen la vida social para garantizar su existencia. En este sentido, la pedagogía se va a interesar en formar lo humano en el ser humano, y de organizar en la escuela, los instrumentos, herramientas y técnicas para el cumplimiento de tal fin.

Pero al igual que la definición de escuela, la de humanismo es histórica, pues su contenido va a depender del contexto histórico en que se vea. La teoría educativa del humanismo “moderno” se plantea el acceso de las mayorías a las luces, a la alta cultural, o en palabras de Barzun (2001) a la bella cultura y las bellas letras. Es condición del humanismo “moderno” el desarrollo de la cultura de la lectura y la escritura en la población, como parte fundamental del progreso –político, económico y social-. Para entender esta configuración, debemos tener presente el sentido de la sociedad occidental, la modernidad y la constitución política de la escuela como sistema nacional de instrucción pública.

Ideas finales

Con el desarrollo de la ciencia moderna, la pedagogía ha perdido fuerza, sobre todo durante el siglo XX (Bravo, 2002). Esto se puede ser debido a una lectura exterior del proceso educativo, ya que el análisis hecho desde las ciencias de la educación se ha centrado en el exterior de los procesos de conocimiento de la enseñanza, lo que ha hecho que la pedagogía ha sido reducida a un simple saber instrumental que establece reglas y procedimientos con los cuales el maestro traduce el discurso del conocimiento en contenido de enseñanza (Martínez, 1990). En buena parte del contexto académico cultural anglo-norteamericano el concepto ha tenido un desarrollo mas o menos marginal, y se ha diluido en conceptos que tipifican mejor el hacer y pensar de la educación tales como “Ciencias de la Educación”, “Filosofía de la Educación” cuando refiere a las bases y fundamentos de la enseñanza. Por otro lado hay un desgaste en el desarrollo teórico de la pedagogía por una sucesiva fragmentación del hecho-proceso empírico educación, así vemos el surgimiento, multiplicación y especialización de disciplinas académicas que han hecho de la pedagogía un saber inadecuado, como el es caso del Currículo, Didáctica, Tecnología Educativa, Deontología, etc. Entonces, lo que pudiésemos entender como un saber pedagógico que busca comprender la enseñanza tiene en su desarrollo epistemológico reconocer dos tipos de miradas, una exterior signadas por las reflexiones de la psicología, sociología, historia, filosofía, biología y economía de la educación y una segunda mirada interior con una serie de disciplinas y enfoques que tiene raíz pedagógicas y que intentan comprender y racionalizar determinados procesos de la enseñanza. Todos estos son maneras de distinguir modos de representación de la educación.

Como idea final se destaca que la discusión sobre el estatus de la Pedagogía es inagotable. Lo importante en todo caso es clarificar el cuadro de análisis que se cruza en la interpretación de lo educativo, y sobre todo reconocer que son miradas pedagógicas las que se interconectan en el análisis del sentido educativo de las relaciones humanas. Vista por algunos desde afuera bajo la forma de sociología, pedagogía, filosofía, historia, pero entendida en el marco de un ejercicio profesional especifico -pedagogo, maestro, profesor, docente, facilitador- como lo es el que se desarrolla en los distintos contextos de intencionalidad educativa definida es la racionalidad pedagogía la que actúa como criterio organizador de la comunicación de los saberes humanos.

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[1] Piaget, J. (1957). La importancia de Juan Amós Comenio. En: UNESCO, J.A. Comenius, París. Citado por: Zuluaga de E. Olga Lucia. (1990) De Comenio a Herbart. Revista Pedagogía y Saberes. Junio de 1990 (01) Bogota – Colombia.

[2] Barzun explica que la palabra humanistas fue empleada por primera vez por los estudiosos alemanes de comienzos del siglo XIX para referirse a los escritos que en los ss. XIV y XV rechazaron parte de su pasado inmediato a favor de la cultura que percibían en los clásicos de la antigua Roma. Sentían particular afición por el estilo del latín de estos escritores. (Barzun, 2001:90). La denominación de Humanismo es extraña –el ismo de ser humano- pero no arbitraria: en origen describía el estilo de los antiguos: litterae humaniores, las ...letras más humanas, refiriéndose a unos escritores menos abstractos que la filosofía medieval, expresado con una gramática más elegante y vocabulario más conciso. Estas cualidades definían lo que los humanistas designaban como “buenas letras”. En comparación a estas, la prosa de la escolástica medieval era bárbara y sólo apta para hablar de teología. Distaba mucho de olvidar al Hombre, pero destrozaba la lógica y vinculaba a todos los asuntos humanos a la otra vida. (Barzun, 2001:90)


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